Historia de Inspiracion – Wes Yoder (Nov. 2013)
Mi nombre es Wes Yoder. Soy dueno de una agencia que maneja citas para conferencistas. En el ano 2000 descubri que mis dos socios me estaban robando dinero. Me llamo mi consejero de finanzas y me enseno prueba. Prestamos que yo no habia autorizado, hecho por Tim, mi Vice-Presidente y el otro oficial.
Mis amigos, hombres de confianza, que yo pasaba mis dias libres mas con ellos que con mi propia familia! Senti el color irse de mi cara. ¿Como no me di cuenta? Especialmente el ano pasado, fue un ano dificil y seguiamos luchando.
Mi consejero dijo, «Aqui hay bastante evidencia para que los despida. Estas muy cerca para quebrar y tomara tiempo para recuperarse.» El dia que despedi a Tim, no dijo una palabra, solo regreso a su escritorio, se llevo sus cosas, apago la computadora (nadie sabia su clave) y nisiquiera se despidio. El otro renuncio antes que fuera despedido.
Con la ayuda de un experto de computadoras, pude mirar el extento en la cual me estaban robando. Tim y el otro socio estaban formando una nueva compania y ya tenian la lista de toda mi clientela. Hasta mire la direccion de la nueva oficina de ellos, cruzando la calle, al frente de la mia!
Consulte con un abogado para demandarlos pero mi aconsejo que no lo hiciera. «Comera los anos de tu vida y usted necesita enfocarse en reparar tu compania,» dijo el abogado. ¿Quizas era una senal de Dios» Pero yo no queria escuchar eso!
Por meses me comia la ira, sentia un peso horible y solo. Solo con mi ira. A veces gritaba a la pared y sufrio mi relacion con mi esposa. Me quedaba tarde en la oficina solo para salir y mirar los autos de ellos estacionado al frente. ¿Perdonarlos? Imposible!
Sin embargo, salio una oracion de mis labios que dijo, «Senor, llena mi vacio con Tu Presencia.» Perdonar es la Presencia de Dios. Me tomo 3 anos, un retiro de varones, y finalmente encontrarme con Tim cara a cara y por fin la amargura se fue.
Un tiempo despues, Tim me contacto (todavia no se nada del otro ex-oficial), su negocio quebro y estaba desesperado. No le ofreci un trabajo aunque ya mi compania pudo levantarse en pie. Lo que le ofreci fue solo mi amistad. Todavia estamos en comunicacion y puedo honestamente decir que no guardo ningun rincor hacia los dos.
Claro que no puedo tomar credito por esta nueva paz. Yo ore por la Presencia de Dios y Dios me contesto en una manera que yo menos esperaba. Me enseno el camino hacia el perdon, y el perdon me libero!
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